Amiga Con Derecho
- Iván Martínez
- 12 ene 2016
- 2 Min. de lectura
Hace poco me volví a encontrar con una vieja amiga con derecho, habíamos estado haciendo planes de vernos y platicar ya que ella está casada a esta fecha sólo íbamos a conversar, pusimos día y hora yo con otra idea la cite cerca de un motel y cuando nos vimos le dije no quiero que tengas problemas con tu esposo vamos a platicar a un lugar solos, la lleve al motel y me dijo este lugar si es sólo, de verdad quieres entrar me dijo ella, ya que yo no haré nada malo, yo sólo le dije sí, todo lo que podamos hacer será bueno y quien sabe hasta rico, le dio risa y entramos. Estando adentro platicamos sentados en la cama unos 20 minutos mientras le tomaba la mano y la cortejaba, a la media hora la bese la comencé a desnudar al principio decía no mientras le daba grandes besos donde le metía toda mi lengua dejó de quejarse y dejó que la desnudara, sorpresa unos pechos increíbles que habían crecido desde la última vez que los había degustado, y usaba tanga de hilo mmmmm todo parecía que ella también había pensado en algo más que una plática. Le bese la espalda el cuello, le comía las orejas, se retorcía desnuda en esa cama del motel, le bese la espalda los brazos y me colgué unos minutos en esos pechos. Ella seguía con la tanga puesta, nos levantamos y la puse sobre un enorme espejo y comencé un ritual para despojarle la tanga y quede colgado chupando su panocha que disfrute y metí mi lengua hasta donde me llegaba. Ella comenzó a vibrar se retorcía, volvimos a la cama y le seguí dando una mamada en su panocha que creo jamás olvidaremos.
Por fin llegó el momento de insertarle mi pija la tomé con mi mano y sólo se la restregaba en su rajita y comenzó diciendo métela no seas malo, como estaba bien mojadita mientras se la restregaba se la inserte sin lástima hasta el fondo de un sólo empujón, sólo escuche que dio un gran pujido y siguió diciendo métemela todita así sigue, yo la hice gozar por largo rato, haciéndole el amor en varias posiciones nuestros cuerpos vibraban de pasión y lujuria seguí embistiéndola con locura hasta que nos venimos. Ese fue un reencuentro con una vieja amiga con derecho que tenía años de no tenerla.
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